domingo, 5 de agosto de 2007

bram stoker ( marcado por una obra )

Hay veces que un autor queda indisolublemente ligado a una obra. Poco importa que su bibliografía comprenda muchos más títulos, para el lector únicamente cuenta uno. Sólo sus más apasionados admiradores y la crítica especializada tendrán noticia del resto de su producción, pero incluso ellos, según se trate de textos escritos antes o después de aquel por el que se le venera, la consideraran esbozos del libro por el que se idolatra al escritor o intentos fallidos de repetirlo. Bram Stoker es el mejor ejemplo de la confirmación de esta regla. Su fama, y habría mucho que discutir sobre si en verdad la tiene, se circunscribe solamente a "Drácula" (1897). Se ignoran de esta manera sus otras diez novelas, entra las que se encuentran títulos tan logrados como "La dama del sudario" (1909) y toda su producción breve -aun por catalogar habida cuenta de su magnitud y su dispersión- entre la que destacan piezas como "El entierro de las ratas", de inclusión obligada en toda antología del género. Con sutileza, pero maldito al cabo, y alucinado por el carácter de su propuesta, como poco son dos los motivos que traen al autor de "Drácula" a nuestra galería. Hijo de un funcionario de la administración local, cuando Abraham Stoker vino al mundo, el 8 de noviembre de 1847, el lugar en donde vio la luz por primera vez (Clontarf), hoy un barrio de Dublín, aún era uno de sus pueblos colindantes. Postrado en la cama a consecuencia de una enfermedad hasta los ocho años, las historias de terror que le contó su madre durante aquella larga convalecencia, todas ellas dentro de la tradición gaélica, habrían de ser determinantes cuando, con el correr del tiempo, se dispusiera a coger la pluma. Ardiente admirador Estudiante de Matemáticas en el Trinity College y empleado en la administración local como su padre, la representación en 1871 de una obra de los alsacianos Emile Erckmann y Alexandre Chatrian -autores de "Hugo el lobo y otros relatos de terror", recuérdese- motivará la primera colaboración en prensa de Stoker. Impresionado por el trabajo del actor Henry Irving, serán tanto los elogios que le dispensará en el "Evening Mail" que cinco años después, cuando Irving regresa a Dublín, insiste en conocer a su ardiente admirador. Ya en 1878, el actor propone al escritor que se convierta en su representante. Stoker no lo duda, pocos días después se traslada con su esposa -Florence Balcome- a Londres. Será allí, en la capital inglesa, mientras se convierte en el máximo responsable de la compañía de Irving, donde Stoker comenzará a escribir cuentos fantásticos. El primero de ellos "Under de Sunset" (1882) es una colección de relatos infantiles que aparece en 1882. Son tantos los volúmenes que da a la estampa a partir de entonces que, en opinión de la crítica especializada, la cantidad va en detrimento de la calidad. En efecto, si bien no es "Drácula" lo único bueno que escribió Stoker, justo es reconocer que novelas tan prometedoras en sus primeras páginas como "La madriguera del gusano blanco" (1911) -su última obra, escrita al parecer bajo los efectos de los narcóticos, donde se nos propone la experiencia de unos hombres dispuestos a acabar con una serpiente gigante, capaz de convertirse a voluntad en una hermosa mujer, que habita en las grutas subterráneas cavadas por los romanos en un paraje de Gales- defraudan las experiencias que ellas mismas despiertan. De este modo, con las prisas de quien no tiene tiempo para escribir, pero, no obstante, siente la necesidad imperante de hacerlo, Stoker publica "Snake’s Pass", su primera novela, en 1890. Período de brillantez Por aquel tiempo, ya ha empezado a trabajar en "Drácula". Construida en base a cartas y documentos apócrifos, contraviniendo una de las principales reglas del género, la referida a la brevedad de sus piezas, esta será la obra a cuya concepción dedique más tiempo. Coinciden esos siete años en cuestión con el periodo de mayor brillantez de Stoker. Es entonces cuando también escribe "El entierro de las ratas, verdadera joya del terror materialista, en modo alguno fantástico, ambientada en un vertedero de basura habitado por antiguos combatientes de Napoleón y ratas capaces de devorar a sus visitantes hasta los huesos. "La dama del sudario", su última gran novela, viene a repetir la fórmula de "Drácula", construida en base a documentos apócrifos nos narra la espeluznante experiencia de un joven modesto que, para heredar una fabulosa fortuna, se verá obligado a establecerse en un tétrico castillo de los Balcanes. Tres años después, pese a que "Drácula" se ha seguido reeditando desde su publicación, Bram Stoker muere pobre y olvidado ( como casi todos los grandes ) . Yendo a coincidir su fallecimiento con el hundimiento del "Titanic", el autor de uno de los mitos más grandes de la literatura -dejaremos para otro momento los antecedentes del vampiro-, apenas mereció un recuerdo en los obituarios de la prensa

1 comentario:

Ladynayara dijo...

K las tima k otro de los grandes escritores de la hitoria terminara de esa manera des pues de hacer la mejor novela del mundo "Dracula"
y me ha sorprendido mcuhyisimo k su muerte coincidiera con el hundimiento del titanic barco k admiro desde lo mas profundo de mi ser.


Sigue escribiendo!!